Entre las características de la madera de Olivo, encontramos que es una de las especies más duras y compactas. Cuenta con una densidad del 850-1.120 kg/m3. La madera del olivo Tiene un color ocre verdoso con vetas pardas muy irregulares y de superficie fina. Los anillos anuales de crecimiento están poco diferenciados y son poco visibles. Posee un tronco nudoso y un leño muy apretado con madera blanca muy apreciada en ebanistería.
Una vez que el tronco se agota o enferma, emite nuevos rebrotes que le permiten sobrevivir; por ello, en la antigüedad fue considerado un árbol inmortal.
La madera de olivo se seca lentamente y tiene una cierta tendencia a agrietarse. Es difícil de aserrar debido a su fibra irregular y a su dureza, pero se trabaja con facilidad tanto a mano como a máquina. Presenta buenas aptitudes para la obtención de chapa mediante corte a la plana. Da unos acabados muy lisos, y puede ser pulida y teñida. Es moderadamente resistente a los hongos. El encolado puede presentar problemas debido a la presencia de aceites y se recomienda encolar justo después de su cepillado.
La especie de madera de Olivo tiene su origen en Oriente Medio. En España su cultivo radica especialmente en Andalucía, Extremadura, Castilla, Murcia y Valencia. Asimismo también es cultivada en todos los países de Europa del Sur y Norte de África, en donde gozan de altas temperaturas.
Es un árbol de lento crecimiento, alcanzando una altura de 20 a 25 metros en edad adulta con condiciones favorables, y un diámetro de 8 a 10 metros. El tronco es torcido, de copa ancha y ramosa. La madera es muy dura pero fácil de pulir e ideal para tallar utensilios. Por dicha razón se recomienda la utilización de la madera de olivo a decoradores, diseñadores, arquitectos, carpinteros, etc., para sus trabajos y creaciones, ya que se trata en definitiva de un árbol que aúna la elegancia con la robustez.
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